Empresarios que cambiaron la historia de Cuernavaca
Buenos días amigos, aquí tienen mi articulo de esta semana por Historiador y Cronista Carlos Lavin.
“Empresarios que cambiaron la historia de Cuernavaca”
Don Federico y Elizabeth Weppen
La película “Cuernavaca” estrenada en 2017, de Alejandro Andrade y protagonizada por la famosa actriz española Carmen Maura -quien ha sido dirigida por Pedro Almodóvar, ganadora de cuatro Premios Goya y mejor actriz en el Festival de Cannes- es una “adaptación” basada en la vida real de los alemanes Weppen en Cuernavaca productores de jaleas, galletería y pastelería europeas, aunque en el film aparecen como una familia española.
La película está apoyada en los recuerdos de sus creadores los hermanos Andrade, de cuando eran pequeños en esta ciudad.
Werner Weppen descendiente de sus abuelos alemanes, fue quien les rentó sus instalaciones y equipo para filmar la película.
Aquí la historia real;
El prusiano-alemán Adalberto Weppen Pagenstecher nacido en Prusia 1890 y fallecido en Cuernavaca en 1973, trabajó en Laboratorios Bayer colaborando en una versión más avanzada de la aspirina.
Al término de la 1a Gran Guerra Mundial, Weppen, farmacéutico egresado de la Universidad de Braunschweig, recibió la Cruz de Hierro alemana y el reconocimiento de la Cruz Roja Internacional cuando fue subteniente de sanidad. Junto con su esposa Elena Riis Kragh -quien había sido jefa de enfermeras en esa guerra- llego a Chihuahua en diciembre de 1921. Su hijo Fritz -Federico- nace en esa ciudad en 1925.
Don Adalberto empezó a trabajar en la Farmacia Ocampo, era el encargado y especialista en Formulas Farmacéuticas, preparando medicinas en mortero y probetas. De 1932 al ‘34 también era cónsul honorario de Alemania en aquella ciudad. Es cuando se independiza y abre Laboratorios Mexikim dedicado a la elaboración de jarabes y medicamentos naturales. En 1935 radica ya en Ciudad de México, continuando con sus laboratorios en el centro de la ciudad, donde inicia la elaboración de jarabes y concentrados naturales de frutas y jaleas.
Por recomendación de su amigo el también alemán, Arturo Wulfrath con quien entabló amistad en Chihuahua, y que iniciaba su empresa Miel Carlota en Cuernavaca, Don Adalberto llega a esta ciudad en 1940, y compra 5 mil metros de terreno, donde establece su casa y negocio en la entonces Calle Chapultepec que era de terracería -hoy Avenida Cuauhtémoc- en el número 77, precisamente en la Segunda Privada de Cuauhtémoc, donde todavía continúa, al lado de lo que fue Miel Carlota.
A principios de los años cincuenta Don Adalberto Weppen tuvo la idea de pavimentar esa calle extendiéndola desde calle Salazar al costado norte del Palacio de Cortés hasta el hoy Parque Chapultepec, y siendo su vecino y amigo Don Pedro Bisbal dueño de Cementos Tolteca, este, aportaría el cemento al costo, lo que logró con la colaboración de los vecinos, los principales fueron los alemanes Wulfrath y Weppen; los propietarios del Hotel Amatlán; los finsemaneros franceses Bremond del Puerto de Liverpool, los dueños del Palacio de Hierro; los judíos Luis y Carmen Newman dueños de Tenería Mercurio, y Don Simón Cervera Berrón que vivía en Polanco empresario de bienes raíces y construcción. Como presidente del comité quedó el señor Cervera Berrón, el Tesorero era el señor Arturo Wulfrath, y como vocal el señor Adalberto Weppen.
La empresa Laboratorios Mexikim crecía y en Cuernavaca aumentaba la cantidad de novedosos productos farmacéuticos, como el jarabe de rábano iodado, y otras medicinas tradicionales mexicanas, esto, hasta mediados de los años cincuenta. Fue cuando, los Weppen empezaron a elaborar de manera casera productos alimenticios para consumo familiar, que sin embargo, pronto se extendió a los vecinos y luego a todo Cuernavaca; tales como jaleas, mermeladas y jarabes; licores, encurtidos, salsas de mango estilo Chutney, Chocrut; el Pumpernickel pan negro alemán, galletería danesa, y los tradicionales pasteles navideños de frutos Stollen o Weihnachtstollen, y la galletería navideña Lebkuchen y Braune Kuchen que en su horno casero inició Elizabeth sobrina de Adalberto, productos que pronto hicieron fama, y así, llegaron a restaurantes europeos de la Ciudad de México, a las primeras cadenas de supermercados y a las pastelerías de Lorenzo Servitje dueño de Bimbo que había iniciado en 1945.
Werner Weppen, hijo de Fritz y nieto de don Adalberto, ya cuernavacense de nacimiento, es la tercera generación que sigue elaborando esos tradicionales productos de origen alemán, hechos artesanalmente y ya muy identificados con Cuernavaca. Hoy surte sus productos a grandes empresas dentro y fuera del territorio mexicano, productos que son enviados desde su domicilio de siempre en la segunda Privada de Avenida Cuauhtémoc de Cuernavaca.
¡Hasta la Próxima!
Articulo del: Historiador y Cronista Carlos Lavin